Mexicana Alicia Ibarra gana el Maratón de LA, pero eso no le sana el dolor por tanto rechazo en su país
'Parece que México no me quiere a mí', dice la atleta paralímpica, que tuvo que pedir prestado para comprarse el vuelo a Los Ángeles
La atleta mexicana Alicia Ibarra muestra orgullosa su medalla de ganadora del Maratón de Los Ángeles 2016 en la categoría de silla de ruedas. Crédito: Abraham Nudelstejer
Alicia Ibarra lloró de impotencia, de coraje, de frustración. Ganar el Maratón de Los Ángeles en la modalidad de silla de ruedas no fue suficiente para aliviar el dolor que la atleta mexicana lleva dentro del corazón.
“Tuve que pedir prestado para comprar el boleto de avión y venir a competir”, dijo Alicia después de recibir el domingo su medalla de oro al completar el recorrido de 42 kilómetros y 195 metros en 2 horas, 15 minutos y 56 segundos.
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A la mujer de 35 años de edad que reside en la Ciudad de México le corrieron lágrimas por el rostro cuando se enteró que su premio económico sería de 2,500 dólares.
“¡¿De veras, tanto dinero?!”, expresó Alicia, quien no ha podido concretar una beca de 150 dólares mensuales que hace dos años le prometió la Federación Mexicana de Silla de Ruedas.
“Soy la atleta más rápida en silla de ruedas, mis tiempos son los mejores en mi categoría y aún así me están negando el apoyo”, aseguró.
“Todos mis gastos tienen que salir por mi cuenta, comprar equipo para mantener mi silla de ruedas, viajes, suplementos alimenticios que necesito, todo lo pago de mi bolsa”, sostuvo la flamante campeona del LA Marathon.
Un dolor en el alma
La manera en que ha sido tratada por los dirigentes deportivos de su país es lo que a Alicia Ibarra le ha dolido más en la vida, incluso más que el haber perdido su pierna a los ocho años de edad.
“Cuando tenía dos años me detectaron cáncer en la pierna izquierda, así viví seis años hasta que los doctores dijeron que era necesario amputarla”, explicó.
Con una fortaleza inquebrantable ante la adversidad, Alicia salió adelante tomando una actitud positiva ante las difíciles circunstancias que enfrentaba.
“Mi papá murió y mi mamá trabajaba todo el día, así que cuando yo iba a la escuela, ya sin mi pierna, los niños se burlaban de mí, me decían cosas, me discriminaban, no fue nada fácil”, apuntó.
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Mientras contaba su historia de vida, Alicia Ibarra mantenía la compostura y cada palabra la expresaba con la misma valentía y seguridad que la ayudó a superar los obstáculos que la vida le puso enfrente.
Fue cuando entró al tema de la injusticias que ha sufrido en el deporte que el corazón de Alicia comenzó a llorar.
“He tocado las puertas de la federación muchas veces, y muchas veces me las han cerrado”, dijo la mujer que se dedica a dar clases particulares de inglés, idioma que aprendió al vivir seis meses en el estado de Utah.
“Me siento muy triste, me duele mucho lo que está pasando”, afirmó.
Su sueño: correr en Río
“Yo tengo las ganas de salir adelante, tengo el hambre y el orgullo de representar a México, y ese amor por mí país es lo que me lleva a no darme por vencida”, comentó Alicia Ibarra mientras con su mano derecha secaba las lagrimas de su ojos.
El sueño de Alicia es representar a México en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, pero sabe que los principales obstáculos para hacerlo no están en las pistas donde ella corre.
“Yo me levanto a las seis de la mañana para ir a practicar dos veces al día y después irme a trabajar. Mi vida se la dedico a conseguir mi ilusión de representar a México en Río de Janeiro, pero parece que México no me quiere a mí”, dijo.
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El triunfo de Alicia en el Maratón de Los Ángeles es su primero a nivel internacional, y con la medalla de oro al cuello, la atleta se mostró orgullosa de lo conseguido.
“Hoy demostré que los mexicanos tenemos sangre campeona”, apuntó.
Campeón con tenis nuevos
Cuando arribó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles procedente de Nairobi, Kenia, Weldon Kirui comenzó a vivir la peor pesadilla que le pueda suceder a un corredor.
“La aerolínea perdió mi equipaje y ahi venían mis tenis para competir“, contó el atleta keniano que el domingo se adjudicó el LA Marathon.
Con menos de 48 horas para solventar la dificultad, Kirui se dio a la tarea de conseguir un nuevo par de tenis para recorrer las 26 millas que le esperaban por calles y avenidas de Los Ángeles.
“Conseguí unos tenis para correr el maratón, pero no es fácil correr con tenis nuevos, necesitas tiempo para ajustarte a ellos y yo no lo tuve”, explicó el africano, que terminó la carrera en 2 horas, 13 minutos y 7 segundos.
A pesar de las complicaciones, Kirui dominó la prueba en la que tres compatriotas suyos, Willy Koitile, Daniel Limo y Jacob Chemtai, llegaron en segundo, tercer y cuarto lugares, respectivamente.
En la rama femenil, la ucraniana Nataliya Lehonkova se llevó el primer lugar con tiempo de 2:30:42, mientras que Serkalem Abrha, de Etiopía, y Julia Budniak, de Estados Unidos, quedaron en segundo y tercer puestos.
Kirui y Lehonkova ganaron un premio de 23,000 dólares cada uno.
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