Editorial: Trump dice lo que le conviene

Ahora el magnate cambia el discurso porque quiere ganar a toda costa en noviembre

Donald Trump habla durante un mitin en Tampa Convention Center in Tampa, Florida.

Donald Trump habla durante un mitin en Tampa Convention Center in Tampa, Florida. Crédito: EFE

Los candidatos presidenciales suelen moderar sus posiciones después de haber ganado la primaria partidaria. El discurso destinado para conseguir el apoyo de una base férreamente ideológica comienza a cambiar, a suavizarse para obtener el respaldo del electorado general, que suele estar más al centro del espectro político y rechaza las posiciones extremistas.

Eso es lo que busca el virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, con los recientes cambios en su postura sobre inmigración y sobre los musulmanes. Este es un giro sorprendente dado que la deportación masiva de indocumentados, al igual que la negativa al ingreso de los musulmanes al país, han sido pilares de un discurso de resentimiento que resuena en una base republicana blanca, nacionalista y frustrada. Cada vez que el magnate ha repetido ese mensaje, sus puntos en la base partidaria suben y bajan en el electorado general.

Ahora Trump dice que solo quiere deportar a los “tipos malos”, después de casi un año de un discurso desparramando odio al calificar a los mexicanos de “violadores” y de explotar en cada oportunidad los casos de indocumentados homicidas. El millonario dice querer algo parecido a la política de Obama, de perseguir solo a los indocumentados peligrosos, cuando lleva mucho tiempo promoviendo el discurso del exlíder del Ku Klux Klan, David Duke, sobre inmigración.

Lo mismo con los musulmanes. Después de repetir hasta el hartazgo que va a prohibir la entrada al país a la gente que profesa esa creencia, ahora asegura que la prohibición es para los que provienen de “países terroristas”. No hay una explicación sobre cuáles son esos países y como identificará a los musulmanes de los que no lo son.

Esto sigue una estrategia de contradecirse, de tener posiciones confusas para quedar bien con todos. Lo ha hecho con el tema del aborto y con el combate al terrorismo, entre otros. Pese a las intenciones, es muy dificil que los latinos y muchos otros votantes puedan olvidar el odio y resentimiento causado por Trump.

El cambio de postura de un candidato siempre deja el interrogante de cuál es la posición real de la persona. Con Trump es más dificil saberlo porque el dice lo que le conviene en el momento y su ideología es ganar a toda costa. Pero los votantes no deben dejarse engañar porque ya mostró una asombrosa falta de humanidad y la capacidad sin límites de explotar el temor al inmigrante para su propio fin.

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