Editorial: Reparar la Patrulla Fronteriza

El nombramiento de un jefe que no proviene de la Patrulla Fronteriza, debe ayudar a la reforma de la fuerza policial más grande de Estados Unidos

Agentes de la Patrulla Fronteriza detienen a inmigrantes cerca de Falfurrias, Texas.

Agentes de la Patrulla Fronteriza detienen a inmigrantes cerca de Falfurrias, Texas. Crédito: John Moore | Getty Images

El nombramiento de un jefe externo para la Patrulla Fronteriza responde a la necesidad concreta de enmendar problemas de abuso, disciplina y brotes individuales de corrupción y criminalidad en este poderoso organismo federal, el encargado de cuidar nuestras fronteras.

Mark Morgan, el primer comandante que no viene de sus filas, es un veterano de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Entre otras responsabilidades encabezó en 2014 la oficina de asuntos internos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, bajo cuya responsabilidad está la Patrulla Fronteriza. En ese lapso intentó reformar la cultura dentro del cuerpo de agentes.

Una de sus principales virtudes es precisamente que no pertenece al grupo cerrado que comanda la Patrulla Fronteriza, la fuerza policial más grande de Estados Unidos. Así podrá restablecer la confianza en la agencia, seriamente dañada.

Injustamente, el sindicato de agentes criticó su nombramiento, alegando que Morgan jamás ha efectuado una detención de inmigrantes, por lo que supuestamente es incapaz de liderar la agencia.

Ignoró así que los problemas dentro de la misma son tales que requieren un cambio liderado por alguien de afuera.

Por otra parte y pese a la crítica el sindicato anunció que trabajará con Morgan.

El gobierno debe asegurar que el CBP cumpla sus funciones en total observación de la ley y con respeto a los derechos de las personas con quienes sus agentes tienen contacto diario: los inmigrantes indocumentados.

Una comisión inspeccionó 67 muertes causadas por agentes fronterizos entre 2010 y 2012, entre ellos por disparos contra automóviles que no se detenían en los cruces y muerte de personas que protestaban a pedradas.

Y un panel investigativo interno encabezado por el exjefe de la Policía de Los Ángeles Bill Bratton estableció en abril que agentes corruptos de la Patrulla Fronteriza “significan una amenaza a la seguridad nacional” ya que cárteles criminales “tratan de reclutar y corromper a personal para facilitar el contrabando de drogas”. Las investigaciones de la Patrulla Fronteriza “llevan mucho tiempo” y “no constituyen un elemento disuasorio”.

El informe enfatizó la necesidad de eliminar “los riesgos de corrupción endémica” y el uso de “fuerza de manera ilegal y anticonstitucional”.

En algunos casos de corrupción, agentes aislados o grupos de ellos se pusieron de acuerdo con carteles mexicanos del narcotráfico para facilitar la entrada de drogas a Estados Unidos.

Pareciera que la agencia no se adaptó a la ampliación sin precedente destinada a bajar el número de cruces ilegales y a habilitar el ambicioso programa de deportaciones impulsado por el presidente Barack Obama.

Morgan deberá granjearse el apoyo de los agentes, que cumplen una tarea difícil y a veces imposible, y al mismo tiempo evitar la amenaza de que una cultura de impunidad se asiente en sus filas.

En esta nota

cbp Frontera Inmigración Patrulla Fronteriza

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain