Esperan en Guerrero, Hidalgo y Veracruz a mexicanos asesinados en Orlando

Familiares de mexicanos asesinados en la masacre en Orlando esperan por la repatriación de los restos de sus seres queridos

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Crédito: Getty Images

MÉXICO.- La fiesta se hizo agua y en su lugar habrá un funeral. El XV aniversario de Chamberlain Vielma Astudillo, el mismo que la familia pensaba festejar por todo lo alto en Coyuca de Benitez, su tierra natal, se frustró por un evento negro para la familia: el entierro de su hermano Luis Sergio, de 22 años, asesinado la madrugada del sábado en Orlando.

La masacre perpetrada en una discoteca gay  por Omar Siddige Mattern, un afgano que juró lealtad al Estado Islámico, alcanzó así al estado de Guerrero, en la Tierra Caliente, donde esperan su repatriación para después del próximo martes.

“En la familia estamos devastados”, dijo Herminio Astudillo, tío de Luis Sergio, una de las cuatro víctimas mexicanas, en entrevista telefónica con este diario. “Esperamos que llegue pronto el cuerpo porque él es de aquí aunque también sea ciudadano estadounidense”.

COBERTURA ESPECIAL: MASACRE EN ORLANDO

Hace tiempo que Luis Sergio, iba y venía entre Orlando -donde trabajaba como operador de juegos mecánicos en Universal Estudios y estudiaba para ser asistente de terapia física- y el pueblo de sus padres.

“Él nació allá pero cuando era bebé su mamá lo trajo para que lo cuidáramos y aquí se quedó hasta los seis años: una hermana lo hizo como si fuera su hijo: ella no para de llorar y no puede creerlo”, afirmó el tío.

La noche anterior a la masacre, Luis Sergio habló por teléfono con su mamá. La señora Valentina Astudillo, quien se encontraba en Coyuca organizando los detalles del salón de baile, los chambelanes, el menú y toda la logística que implica una fiesta quinceañera.

“¿Cómo que vas a salir tan noche?”, preguntó a su hijo.

Después de unos minutos en el auricular le respondió a regañadientes: ¡bueno: ve, pero con mucho cuidado!

Herminio recuerda la conversación con mucha tristeza: “Eran las primeras veces que el muchacho salía porque sus papás eran muy estrictos y recientemente había cumplido la mayoría de edad y él era tranquilo, más de ir a jugar futbol a las canchas”.

Las otras esperas

“Fue un ataque contra una comunidad sana que ha sufrido doble discriminación por ser homosexual y latina: es totalmente injusto”, dijo en conferencia con este diario Juan Sabines, cónsul de México en Orlando, quien buscará hacer un velorio con cada uno de los cuerpos o todos juntos si se puede en cuanto los entreguen. El primero, espera, será el próximo martes.

“La comunidad latina necesita una experiencia de duelo”, dijo.

Del otro lado de la frontera, en Maxtha, una pequeña comunidad ubicada al poniente del estado de Hidalgo, la familia de Juan Chávez Martínez,  indígena ñañú de 25 años que murió en el ataque, aguarda con impaciencia.

“Él era el más optimista, de caerse y levantarse, alegre y respetuoso, no se metía con nadie, ¡no se merecía esto!”, detalló al teléfono Fidelia Chávez, una de los nueve hermanos de la familia; tres de los cuales, aún se encuentran en Estados Unidos, uno como indocumentado y dos  como trabajadores temporales de los campos de Florida.

Antes del fatídico desenlace que tuvo su vida el muchacho era puntual para enviar remesas de ayuda a sus padres y 17 sobrinos, una promesa que hizo desde que tenía 15 años y cumplió hasta la última etapa de su vida como trabajador del hotel Reunion en Florida.

Más al sur del país, en la comunidad de Tenanguillo, Guerrero, no hay el mismo tipo de espera por Ángel Honorato, otro de los mexicanos asesinados. El cóncul Sabines ofreció ayuda a la familia igual que al resto por si querían repatriarlo, pero el cuerpo se quedará en Florida, donde sus padres lo llevaron cuando tenía cuatro años, tuvo tres hijos e hizo una exitosa vida como empresario.

“Era un empresario que comerciaba productos mexicanos muy reconocido entre la comunidad latina  un hombre trabajador que generaba empleos”, precisó el cónsul sin dar el nombre de la víctima. “Fue un ataque contra una comunidad sana que ha sufrido doble discriminación por ser homosexual y latina: es totalmente injusto”.

Tan injusto como la espera en Veracruz de los restos de  Joel Rayón Paniagua, un jardinero por quién cuyos restos también son reclamados por su hermano Isaac con apoyo del consulado para el retorno a su patria.

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