Editorial: Es Clinton versus Trump

Ambos tienen la tarea de convencer al electorado que no votó por ellos en las primarias

Trump y Clinton.

Trump y Clinton. Crédito: Getty Images

El último tramo de la campaña de la elección presidencial de 2016 seguramente será un permanente contraste entre dos rivales que no pueden ser más diferentes en propuestas, experiencia y personalidad. No obstante, es muy parecido el camino que deben recorrer y los escollos a vencer tanto para la demócrata Hillary Clinton como para el republicano Donald Trump.

Todavía falta una primaria para cerrar el proceso de selección de los candidatos partidarios para la presidencia, aunque Clinton y Trump ya tienen la cantidad de delegados necesarios para obtener la nominación oficial. Las convenciones nacionales, lejos de ser un centro de disputas como se especuló muchas veces, ahora serán la coronación de dos rivales en una contienda que en un momento fue inimaginable.

Hace un año nadie se hubiera atrevido a decir que Trump iba a ser el virtual nominado republicano a la Casa Blanca. El magnate que carece de toda experiencia política fue dejando de lado a una larga lista de rivales mediante un mensaje populista, opuesto a la globalización, hostil a los inmigrantes, chauvinista, e insultando a su competidores. El carácter impredecible del neoyorquino es un campo minado para los republicanos, tal como se vio con la crítica hacia el juez Gonzalo Curiel.

Por el contrario, la exsecretaria de Estado y senadora lleva mucho tiempo esperando el momento de hacer historia como la primera mujer en Estados Unidos en ser la nominada presidencial de uno de los dos partidos políticos. Clinton tiene una experiencia única a lo largo de muchos años de trabajar en distintas áreas del gobierno y en la formulación de política pública. El temor de los demócratas es la sombra que pesa sobre ella por el controvertido uso de un servidor personal para su correo electrónico durante su gestión en el Departamento de Estado.

Ambos gozan de una fuerte imagen negativa, incluso dentro de su propio partido, aunque sea por motivos distintos. Tanto para Trump como Clinton les es imprescindible obtener el respaldo de los votantes de sus rivales internos para ganar en noviembre. Estos seguidores le darán credibilidad a la campaña del primero y pasión a la de la segunda.

Todavía falta formalizar en las convenciones las candidaturas de ambos. De todos modos, las opciones contrastantes están decididas de hecho para que los votantes, hasta los más desprevenidos, ya presten seria atención.

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