Clinton elabora estrategia para vencer a Trump y pasar a los libros de Historia

La mejor arma de Clinton, según observadores, es la retórica incendiaria y pobre historial de Trump

Clinton se convirtió en la primer mujer en obtener la nominación presidencial de uno de los dos principales partidos políticos.

Clinton se convirtió en la primer mujer en obtener la nominación presidencial de uno de los dos principales partidos políticos. Crédito: Kevin Winter | Getty Images

WASHINGTON.- Desde hace un año, la precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, ha prometido que luchará por cada voto para instalarse en la Casa Blanca, y ahora que la nominación es un mero trámite oficial, su campaña elabora una estrategia para ganar en noviembre próximo.

Ya antes de la última ronda de primarias multiestatales, Clinton mantenía una ventaja sobre su rival en la contienda demócrata, Bernie Sanders, aunque las encuestas han mostrado un empate técnico con el virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump.

Hace exactamente ocho años, durante la contienda presidencial de 2008, Clinton cedió ante el entonces senador demócrata de Illinois, Barack Obama, al no obtener suficientes delegados para la nominación de su partido.

Ahora, al lograr de forma extraoficial los 2,383 delegados necesarios –incluyendo 571 “súper delegados”-, Clinton se convirtió en la primer mujer en obtener la nominación presidencial de uno de los dos principales partidos políticos en la historia de Estados Unidos.

Hillary Clinton. Foto: EFE
Hillary Clinton. Foto: EFE

La posibilidad de también convertirse en la primer mujer presidenta del país, es una oportunidad de oro que, según su campaña, no permitirá que se le escape de sus manos.

Por ello, la campaña de Clinton no escatima esfuerzos ni recursos para conquistar el apoyo de un mayor número de votantes, incluso más allá de la base del Partido Demócrata.

COBERTURA ESPECIAL DE LAS ELECCIONES

En resumen la estrategia se apoyará en destacar el historial y experiencia política de Clinton y contrastarla con la inexperiencia de Trump;  remachar los constantes ataques de Trump contra segmentos clave del electorado; conquistar el apoyo de independientes, y si es posible de republicanos desencantados con Trump, y movilizar el voto de las minorías.

A lo largo del proceso electoral, las encuestas han demostrado que Clinton tiene más apoyo entre las mujeres mayores, pero Sanders ha logrado conquistar el respaldo de los votantes independientes y los de la generación de los “Millenials” (aquellos entre 18 y 34 años), y parte de sus esfuerzos estarán enfocados en esos bloques electorales.

Parte de ese esfuerzo es la contratación de más latinos en puestos clave para movilizar el voto.

En días recientes, por ejemplo, la campaña de Clinton ha contratado a Cristóbal Alex, del “Latino Victory Project”, para ayudar en la movilización de los hispanos a las urnas, y a Valentina Pereda como directora de comunicaciones en la oficina en Tampa (Florida), tomando en cuenta el enorme peso de ese estado en el Colegio Electoral.

Pero su meta inmediata, claro está, es pintar a Trump como un candidato no apto para la presidencia, como ya lo hizo en su discurso sobre política exterior la semana pasada en San Diego (California).

Y es que la mejor arma de Clinton contra Trump son las propias palabras del magnate empresarial, cuya política incendiaria ha causado la repulsa de los hispanos, los musulmanes, los demás inmigrantes, y las mujeres.

Hasta ahora, Trump pudo ir eliminando uno a uno a sus 16 rivales republicanos, burlándose de ellos y neutralizándolos incluso con motes.

La elección general será casi seguramente entre Donald Trump y Hillary Clinton, y se decidirá en las elecciones de noviembre.
La elección general será casi seguramente entre Donald Trump y Hillary Clinton, y se decidirá en las elecciones de noviembre. Foto: Archivo

Pero, según observadores, Clinton hace bien en no responder a las provocaciones de Trump cuando la llama constantemente “la corrupta Hillary”.

La tarea de Clinton es lucir “presidenciable” y no permitir que Trump la obligue a ataques personales, que hasta ahora han acaparado gran atención meditática pero a la vez han desviado la atención de los escasos detalles de las propuestas de Trump.

Fuentes allegadas a la campaña de Clinton en su sede en Brooklyn aseguraron a este diario desde el anonimato que la estrategia de la exsecretaria de Estado será un “ejercicio de equilibrio”, seleccionando lo que debe ignorar y lo que debe contestar.

Así, la campaña de Clinton apuesta a que sean las propias palabras de Trump las que lo hundan en la contienda general, en particular con las mujeres, que conforman un mayor porcentaje del electorado y tienden a decantarse por los demócratas.

Presionado por los republicanos, Trump había prometido lucir y comportarse más “presidenciable” pero, fiel a su naturaleza, éste no ha cumplido esa promesa, a juzgar por sus recientes ataques contra el juez federal Gonzalo Curiel, que lleva el caso contra la Universidad Trump.

En el supuesto de que Trump modere su retórica, o intente moverse hacia el centro, la campaña de Clinton tendrá a la mano todas las declaraciones del empresario a lo largo de la contienda.

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