Chenalhó en vilo tras imponer alcalde vistiendo a un diputado de mujer

Cientos de policías vigilan el municipio de Chiapas ante temor de que crezca la violencia que provocó dos muertos, medio millar de desplazados y la imposición de un nuevo edil a través del chantaje

Enfrentamientos en Chiapas.

Enfrentamientos en Chiapas. Crédito: EFE

MÉXICO – Dos centenares de policías estatales llegaron para quedarse en las últimas horas en el municipio de Chenalhó.  Seis meses después de que comenzó a salirse de control el conflicto entre seguidores de la hoy ex alcaldesa electa en las urnas, Rosa Pérez, y habitantes del lugar atizados por el síndico, Miguel Santíz, quien finalmente se hizo del cargo por una “asamblea del pueblo”.

El saldo mortal desde el pasado miércoles –cuando los inconformes con Pérez amenazaban con acrecentar la violencia- es de dos fallecidos por arma de fuego aunque el obispo de la diócesis de San Cristobal, Felipe Arismendi teme que la tragedia continúe cobrándose vidas.

“Hay rencores y divisiones no superadas desde 1997”, dijo. “Y existen armas sin control”.

En 1997 un grupo de alrededor de 100 civiles disparó en contra de simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de la comunidad  local de Acteal y asesinó a 45 indígenas tzotziles, entre ellos, 21 mujeres y 15 niños.

Familiares de las víctimas aseguran que fue una orden de Estado mientras el gobierno afirma que se trata de pleitos entre comunidades. El caso es que la zona no está en tranquilidad.

A principios de abril, un centenar de inconformes bloquearon carreteras y tomaron el palacio municipal para exigir la destitución de la alcaldesa que tomó posesión en abril pasado. Los manifestantes dijeron que la mujer “no había cumplido sus promesas de campaña” y por ello la querían fuera.

Desde el congreso, los legisladores sostuvieron la postura de que “no había elementos jurídicos para destituirla” pero los pobladores solicitaron la intervención de la Diócesis de San Cristóbal como mediador.

En esas estaban cuando un grupo de encapuchados entró por la fuerza a la curia donde se encontraban dos diputados y se los llevó por la fuerza a Chenalhó.  Allá vistieron a uno de ellos de mujer indígena (Eduardo Ramírez, del mismo partido que la alcaldesa)  y no los soltaron hasta que Pérez puso su renuncia e impusieron a Sántiz.

Los hechos tienen sorprendida a la propia Iglesia Católica que en un comunicado de prensa observó que “ni siquiera en el 94” cuando se alzó el EZLN había sucedido la “falta de respeto” de violentar un recinto sagrado.

Por ello llamó a los involucrados  a “tratarse como hermanos  y no quemar casas ni usar armas de fuego u otros objetos para hacerse daño”.

Pero el mal ya estaba hecho. Noventa familias integradas por 492 personas fueron desplazadas de la comunidad de Puebla, Chenalhó, por simpatizar con el síndico y se encuentran refugiadas en la cabecera municipal.

“La fragilidad del estado de derecho en México se refiere no sólo a las instituciones vinculadas con el sistema de justicia, sino también con un problema cultural”, observó el abogado y analista político Liébano Sáenz. “Para muchos la ley es un obstáculo incluso contra el interés general”.

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