Editorial: No hay que subestimar a Trump

Los aspirantes demócratas ya deben dejar de hacerse daño y a comenzara a trabajar para noviembre

Hillary Clinton.

Hillary Clinton. Crédito: EFE

El martes pasado la precandidata demócrata Hillary Clinton sufrió una nueva derrota frente a la insurgencia de su rival Bernie Sanders. Sin embargo, en lo que debía haber sido una noche triste para su campaña, hubo alegría y celebración al conocerse que la victoria de Donald Trump, y el retiro de su rival Ted Cruz, colocaban al neoyorquino como el presunto candidato republicano a la presidencia.

El que el millonario y estrella de televisión, fuera el rival republicano a vencer este noviembre cumple uno de los deseos de muchos demócratas por considerarlo el más vulnerable de una larga lista de aspirantes. Pero hay que tener atención y recordar la frase: “cuidado con lo que deseas, no sea que se te cumpla.”

Nadie esperaba 11 meses atrás que el Trump que lanzó su campaña insultando a los inmigrantes mexicanos podría ganar la elección primaria con la táctica del insulto. Así, ofendiendo a todos, culpando a los extranjeros y políticos de las dificultades económicas, y convirtiendo los mitines en un espectáculo de comedia para atacar a sus rivales, llegó a la cúspide. Trump en la primaria republicana rompió todos los esquemas.

Esa es la amenaza para los demócratas. El sentido común dice que en los Estados Unidos del 2016 no se puede ganar una elección general ofendiendo a las mujeres y minorías, pero la lógica se perdió en esta temporada electoral cuyo fenómeno es la impermeabilidad de Trump para mentir, desmentirse y volver a mentir sin dañar su imagen.

Es casi seguro que la exsecretaria de Estado se alce con la nominación demócrata, a pesar de las numerosas derrotas ante Sanders. Esta primaria castigó a Clinton más de lo esperado mostrando otra vez la desconfianza que tienen los mismos demócratas sobre ella, ya sea por sus posturas o por su persona. La competencia de Sanders la obligó a ser más liberal, aunque también la erosionó.

Clinton para  ganarle a Trump, como a cualquier otro republicano, necesita los votos de los seguidores de Sanders. Es hora que los Clinton respeten y tomen en serio a los votantes del senador y que Sanders mantenga el balance sobre los límites de su ambición para no desgastar a Hillary.

El éxito de Trump ha sido sorprender a quienes lo subestimaron como candidato, ese es un lujo que los demócratas no pueden darse.

En esta nota

Bernie Sanders Donald Trump Elecciones 2016 Hillary Clinton

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain