Usar la tecnología para el bien común

Las Cybercode Twins, dos jovencitas del Este de Los Angeles que en apenas dos años se han convertido en luminarias del mundo cibernético, insisten en centrar su trabajo en aplicaciones para mejorar la seguridad y la vida de las comunidades

04/15/16/ LOS ANGELES/ America y Penelope Lopez, las "Cybercode Twins", en el laboratorio de innovación de Cal State LA
 (Photo Aurelia Ventura/ La Opinion)

04/15/16/ LOS ANGELES/ America y Penelope Lopez, las "Cybercode Twins", en el laboratorio de innovación de Cal State LA (Photo Aurelia Ventura/ La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Cuando la tía de América y Penélope López desapareció durante más de dos meses tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, toda la familia estuvo en vilo durante casi dos meses, sin saber donde estaba.

La mujer había sido secuestrada por una banda de traficantes y solo logró escapar de sus captores por la ventana de un baño público.

“Ella nos contó que vió esas calcomanías en los baños que dicen a las víctimas de tráfico sexual que busquen ayuda llamando a un número”, dijo América. “Pero esas calcomanías solo la hacían sentir peor. ¿Cómo podía pedir ayuda sin acceso a un teléfono?”.

Ese incidente sirvió para encender la chispa creativa en la mente de las gemelas, mejor conocidas como las “Gemelas cibercodeadoras” o “Cybercode twins”.

Ambas están trabajando desde hace algún tiempo en un proyecto personal: “Beacons of hope” (que puede traducirse como “señales de esperanza”).

Se trata de unos pequeños aparatos que se esconderán en los baños públicos y que las víctimas de tráfico humano pueden obtener pulsando un botón. El aparato emite una señal que puede ser recibida por las autoridades para que puedan ubicar a la víctima de secuestro.

“Es un aparato de intervención en el momento en que está pasando todo, no es prevención y no después del hecho”, afirma Penélope, la más callada pero “la más loca” de las dos gemelas (según su hermana América).

Los pequeños aparatos que se encontrarán en los baños públicos, ayudarán a víctimas de tráfico humano a enviar un mensaje a la policía. Las gemelas están desarrollando la aplicación en este momento, pero ya tienen interés de empresas y gobiernos (Photo Aurelia Ventura/ La Opinion)
Los pequeños aparatos que se encontrarán en los baños públicos, ayudarán a víctimas de tráfico humano a enviar un mensaje a la policía. Las gemelas están desarrollando la aplicación en este momento, pero ya tienen interés de empresas y gobiernos
(Photo Aurelia Ventura/ La Opinion)

De tener miedo salió el deseo de proteger a otros

No es la primera vez que las gemelas trabajan en una aplicación cuyo objetivo es proteger a otras personas o aumentar la seguridad de las comunidades.

Aunque apenas tienen dos años trabajando intensamente con la más alta tecnología –“antes nunca tuvimos acceso a ella”, dicen- el año pasado ganaron un premio de 10,000 dólares por crear una micro cámara de vídeo para ser utilizada por la policía y registrar sus interacciones con el público.

“Nos inspiramos en el caso de Michael Brown ocurrido en Ferguson”, explican.

¿De dónde viene el deseo de usar su creciente habilidad con la tecnología para aumentar la seguridad de otras personas?, preguntamos.

América responde sin rodeos.

“En el mundo de la tecnología hay mucha gente que está haciendo cosas para conveniencia del individuo: una aplicación para buscar estacionamiento, o hacer compras en el mercado o encontrar parking”, dice. “No tenemos ningún interés en desarrollar la última aplicación para encontrar novio. Lo que queremos es hacer algo con un impacto social”.

Pero en el fondo, la motivación es muy personal: ambas crecieron, junto a sus padres, en el proyecto público de vivienda de Ramona Gardens en el Este de Los Ángeles y de pequeñas vivieron “mucho miedo”, como dicen ambas.

“La Mafia Mexicana controlaba el proyecto y todos vivíamos en un temor constante de caminar por la calle equivocada”, dice Penélope. “Ahí vivimos por mucho tiempo, en esa caja, con miedo”.

Ahora buscan no sólo superarse en un área que las apasiona –las computadoras y los sistemas informáticos- sino contribuir a resolver problemas sociales, sea un delito como el tráfico sexual o la falta de latinas y latinos en el área tecnológica.

“No hay latinos en tecnología”

América y Penélope Lopez tienen 25 años y son del Este de Los Ángeles, donde la mayoría de los jóvenes tradicionalmente no tiene mucho acceso a clases de computación o a computadoras.

Pero ambas están abriendo un camino que no sólo las conduce hacia un futuro profesional en el área tecnológica, sino a convertirse en mentoras y líderes para que otros jóvenes como ellas logren lo mismo.

Penélope estudia “Computer Information Systems” en Cal State LA y America está cursando sus estudios en Pasadena College. Hace poco regresó de ocho meses entrenándose en San Francisco y apenas la pasada semana asistió a la conferencia de Facebook en Palo Alto.

Allí les donaron un sistema de realidad virtual, una tecnología que ambas quieren estudiar.

“Ahora algunas compañías están interesadas en ayudar a las minorías menos representadas a tener acceso a esta tecnología, que es extremadamente costosa”, explica América. “Seamos honestos, el mundo tecnológico está lleno de chicos blancos y asiáticos, nada de latinos”.

En esto, las gemelas también quieren tener una influencia positiva. Colaboran en lo posible con el programa LA´s Best para después de la escuela, dando charlas a los niños sobre tecnología.  También ayudan a conectar a compañeros con oportunidades de recursos y mentores que, ahora que las conocen, se acercan a ellas.

Las jovencitas cuentan que de no haber sido por una computadora que su mamá se ganó luego de hacer un curso, cuando ellas estaban en la escuela elemental, nunca hubieran comenzado en este camino.

Su fascinación con aprender las ayudó a conseguir mentores y a caer, por casualidad, en los llamados “hackatones”, eventos de 24 horas de duración patrocinados por grupos o empresas y que ofrecen a los novatos el acceso a la tecnología más moderna y a los que les pueden enseñar como utilizarlas.

“Pero casi todos son en el west side, donde no están los latinos”, dicen las muchachas.

“Los jóvenes necesitan estar expuestos a la tecnología y tener mentores que los ayuden, porque es muy dificil hacerlo solos”, apunta América. “Cuando la gente te recibe con los brazos abiertos y te dice que si, que este sí es tu lugar, es cuando uno puede salir adelante”.

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