Redadas de La Migra afectan la salud de indocumentados, según encuesta

Los afectados temen ser entregados a Inmigración si entran en contacto con alguna agencia de servicios sociales, de acuerdo con la investigación

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Crédito: EFE

Las redadas de Inmigración afectan la salud de los indocumentados y a la comunidad que los rodea, declaró hoy William López, integrante del equipo que realizó la encuesta “Buenos vecinos en Michigan”.

López, estudiante de doctorado de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, pudo comprobar de primera mano los efectos de las redadas que empujan a las personas a “vivir más en las sombras”.

Según relató, con el estudio en marcha, el 7 de noviembre de 2013 ocurrió una redada en el condado de Washtenaw, al suroeste de Michigan, donde viven unos 12,000 indocumentados hispanos.

Agentes de la Oficina del Alguacil y de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) invadieron un taller mecánico de dos pisos y detuvieron a varias personas que luego fueron deportadas.

Tres días después, unos 40 miembros de la comunidad, incluyendo mujeres involucradas en la redada, fueron entrevistados por los encuestadores durante una reunión comunitaria realizada en una iglesia local.

López, y otros integrantes del equipo, escucharon relatos de cómo los agentes rompieron las puertas del local y apuntaron con sus armas a varias mujeres que vivían en el piso superior del taller con hijos pequeños.

Los investigadores recogieron fuertes evidencias de los “efectos negativos de la redada” en la salud de los inmigrantes encuestados, en su mayoría de origen mexicano y centroamericano, que declararon sentirse mal pero no estaban dispuestos a buscar atención.

Antes de la incursión, dijo López, el equipo había consultado a 476 personas en el condado y el 55 % calificó su salud como excelente o muy buena.

El estudio, difundido recientemente por la publicación académica “Journal of Immigrant and Minority Healh”, también comprobó que las personas eran menos propensas a buscar servicios gubernamentales y de participar activamente en su comunidad.

En sus respuestas, los encuestados declararon que su estatus legal limitaba los contactos con familiares y amigos, o que temían ser entregados a Inmigración si entraban en contacto con alguna agencia de servicios sociales.

“Puede ser que la gente no se dé cuenta, pero las redadas afectan a toda la comunidad, porque las personas tienen miedo de salir a la calle, dejan de ir a sus trabajos o inclusive a la escuela de sus hijos”, dijo López, oriundo de Texas e hijo de madre mexicana.

Los indocumentados, además de ser familiares o amigos, son también “las personas que preparan nuestros alimentos y cuidan a nuestros hijos”, agregó.

David Kruger, investigador principal del estudio, opinó que la comunidad necesita recibir seguridades en Michigan de que “no corren peligro si solicitan servicios” de salud.

“Las agencias y hospitales deberían decir explícitamente a las personas que el uso de sus servicios no las ponen en riesgo de deportación”, agregó.

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