Eliminatoria sudamericana: El retorno de los brujos

Por favor, pase usted; siga que lo esperan. Se hacían extrañar Lionel Messi en Argentina y Luis Suárez en Uruguay. Acaso porque –junto a Neymar– llenaban las portadas de los diarios con su show de cada jornada en la liga española, aunque también porque sus selecciones nacionales reclamaban su presencia en la exigente ruta mundialista de Sudamérica rumbo al Mundial de Rusia.

Volvió Messi, y Argentina dio un golpe a la mesa y sumó seis puntos para llegar a once unidades, dejar atrás cualquier asomo de duda y meterse como único escolta de los líderes.

Messi, de paso llegó a cincuenta goles (a seis de Batistuta, el récord de Argentina) mientras en la vereda del frente el ‘Maestro’ Tabárez volvió a probar su receta incombustible y al sumar el regreso de Luis Suárez, tras cumplir sanción por morder a Chiellini, hizo caso omiso de la ausencia de Godín y Giménez y protagonizó la machada de exhibir a un pobre Brasil que ganaba 1-0 a los 40 segundos, sin que los charrúas hubieran tocado la pelota.

Así y después de la reacción huracanada, liderada por Suárez y Cavani, los pentacampeones terminaron de rodillas en un partido que terminó 2-2, pero que merecían perder.

El factor Suárez lo cambió todo. Un pistolero insaciable capaz de cambiar el curso de un partido en cuanto la defensa tenga una sola duda.

Uruguay es puntero en la eliminatoria de la Conmebol y se bastó para conseguirlo con el regreso de Luis Suárez (45 goles en 84 partidos), que fue lo único nuevo en el grupo irregular de guerreros de los primeros cuatro partidos.

Colombia completa el tridente de ganadores, porque junto a Argentina fue la única selección que logró la renta máxima de seis puntos en dos partidos.

José Pekerman vuelve a demostrar que puede hacer milagros y con apenas cinco jugadores activos de los aplaudidos en el pasado Mundial pudo hacer el recambio para rodear al estelar James Rodríguez, de nuevo jugando a gran nivel y redescubrir a Carlos Bacca como ariete titular en una era que se antoja sin Falcao, Jackson Martínez ni Teo Gutiérrez.

Dos partidos de feria con tres goles, fue el saldo de Bacca por quien preguntan al AC Milan varios grandes de Europa, dispuestos a pagar arriba de 50 millones de euros por los goles de muchacho de Barranquilla.

‘Eu seu um perdedor’

Ya había dudas en Brasil con el fútbol aburrido de Dunga, pero se sostenía porque traía una gran cadena de triunfos, pero después de estas dos jornadas nadie apuesta por Brasil y menos por el futuro de su entrenador.

Lo de los pentacampeones fue patético, le ganaban por dos goles a Uruguay en media hora y luego debió conformarse con un 2-2 que fue mucho premio para tan poco equipo.

En el segundo partido ante Paraguay estuvo abajo 0-2 a los 78 minutos y, por aquella inconsistencia del equipo de Ramón Díaz a la hora de cerrar los partidos, permitió un empate a dos goles en el tiempo de descuento cuando se hundía sin remedio.

Fueron dos puntos en dos partidos para una ‘canarinha’ con un fútbol harapiento. Un grupo sin criterio sobre el campo en el que se salvan Neymar y Willian y del que deberían quedar fuera jugadores como David Luiz y Fernandinho. Entre otros.

Es un gran perdedor Paraguay porque los segundos finales del reloj –pasados los noventa minutos- les cambiaron dos victorias por dos empates de manera insólita y de esa manera sumaron dos en lugar de seis puntos. Pudieron ser colíderes y están séptimos.

Gran perdedor Ecuador, que rompió su marcha perfecta con empate en los últimos segundos ante Paraguay en Quito y una derrota rotunda –que pudo ser peor- ante Colombia en Barranquilla. Los de Quinteros sumaron un punto de seis y ahora comparten el liderato con Uruguay.

A todo esto ‘La Roja’ chilena versión Juan Antonio Pizzi se bebió el trago amargo de caer en casa ante Argentina, pero hizo el ajuste con una gran victoria ante Venezuela y está en el vagón de los cinco que por ahora pisan zona de clasificación.

Lo de Perú, Bolivia y Venezuela ya parece una patología terminal con pacientes que se niegan a vivir mientras se mueren despacio.

Ahora se viene un descanso de seis meses, con la Copa América de por medio en junio y la batalla por los boletos Conmebol regresará en septiembre con estos protagonistas en otro estado de forma y con la tiranía de la aritmética mordiéndoles los nervios. Por eso es la eliminatoria más difícil del mundo.

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