Se apilan las malas noticias para Rubio, pero el senador seguirá en la contienda

Rubio afronta un cambiante electorado en Florida que, en general, apoya la reforma migratoria y la apertura hacia Cuba, según expertos

El senador republicano Marco Rubio, al llegar al restaurante Melao Bakery en Kissimmee este martes.

El senador republicano Marco Rubio, al llegar al restaurante Melao Bakery en Kissimmee este martes.  Crédito: Cecilia Figueroa | La Prensa

WASHINGTON.- El senador republicano por Florida, Marco Rubio, está convencido de que ganará las primarias republicanas de su estado el próximo martes y prevé continuar en la contienda, pero las encuestas y las malas noticias se apilan en su contra.

A juzgar por sus declaraciones y apretada agenda, Rubio no piensa ceder a las presiones para dejar la contienda, y hoy mismo acudió a Twitter a pedir el apoyo de los votantes.

Pero una encuesta divulgada hoy por CNN/ORC indicó que el magnate empresarial, Donald Trump, tiene una ventaja de doble dígitos en Florida, con un apoyo del 40%, mientras que Rubio consigue el 24%, el senador por Texas, Ted Cruz, un 19%, y el gobernador de Ohio, John Kasich, un 5%.

Tanto en Florida como en Ohio, la mayoría de los votantes cree que si Rubio y Kasich no ganan en sus respectivos estados, entonces deberían abandonar la contienda. En el caso de Rubio, el 66% cree que debe salirse si pierde Florida, mientras que el 71% opina lo mismo de Kasich en Ohio.

A todo argumento, Rubio replica que es el único que puede vencer a Trump, o a Hillary Clinton en los comicios de noviembre próximo.

Durante un acto electoral en Miami (Florida) la empresaria y exaspirante presidencial republicana, Carly Fiorina, anunció su apoyo a Cruz, a quien describió como “un líder y un reformista”, capaz de enfrentarse al “establishment” en Washington.

“Creo que necesitamos una verdadera reforma, porque tenemos demasiado poder económico y político concentrado en las manos de unos pocos”, precisó Fiorina, confiada de que Cruz sí luchará por las causas conservadoras.

En declaraciones a este diario, el portavoz de Rubio, Alex Burgos, aseguró que no sería la primera vez que el senador ha llevado las de perder en Florida, y dejó entrever que éste seguirá en la lucha.

Rubio “sabe cómo ganar acá (en posición desfavorecida). El mantiene su atención en ganar en Florida, para proseguir a los siguientes estados y frenar la campaña de división, odio e insultos de Donald Trump”, enfatizó Burgos.

Rubio, que llegó al Senado en 2010 aupado por el movimiento conservador “Tea Party”, hasta la fecha sólo ha ganado en Minnesota y Puerto Rico  y tiene 151 delegados, una aritmética difícil de superar,  tomando en cuenta que se requieren 1,237 delegados para alzarse con la nominación presidencial republicana.  Trump, en cambio, se sitúa a la cabeza con 450 delegados, seguido por Cruz, con 359.

Un panorama complicado

Expertos consultados hoy por este diario coincidieron en que la derrota de Rubio en las primarias de ayer –no ganó en ningún estado-, y factores como su oposición a una reforma migratoria o a la política de apertura hacia Cuba, sólo le complicarán el panorama en su propio estado, donde estarán en juego 99 delegados.

Guillermo Grenier, profesor de Estudios Globales de la Universidad Internacional de Florida (FIU, en inglés), consideró que el cambiante rostro de Florida ha supuesto un problema para Rubio, porque los cubanos son cada vez una minoría dentro del electorado –ahora son el 5%-, mientras ha aumentado la población del resto de América Latina “y la inmigración es un tema importante para los latinos en Florida”.

Según la División de Elecciones de Florida, hay 1,794,926 hispanos inscritos para votar en el estado, de los cuales alrededor de 400,000 son cubanos.

Pero ese bloque no es monolítico ni de “línea dura”: sólo cerca del 50% se identifica como republicano y, según una encuesta de 2014 del Cuba Research Institute de la FIU, el 53% de los votantes cubanoamericanos dijo que votaría por un candidato que apoye normalizar las relaciones.

Otra encuesta de diciembre pasado, realizada por Bendixen-Amandi, indicó que el 56% de los cubanos en Florida apoya la normalización con la isla, y el 53% que se levante el embargo.

Florida se perfila como “el gran ganador” de la apertura entre EEUU y Cuba, mientras que las empresas, ciudades y puertos elaboran estrategias de negocios con la isla, “y no quieren oir hablar de revertir las iniciativas” del presidente Barack Obama, explicó Grenier.

“Aún entre los cubanoamericanos, la posición aislacionista (de Rubio) está en la minoría, y los recién llegados, que numeran más de 400,000 desde 2000, apoyan normalizar las relaciones y levantar el embargo”, precisó.

William LeoGrande, analista político y expert en Cuba de American University, señaló que Rubio “pudo haberse evitado problemas (con los votantes latinos) si hubiese tenido el valor de mantener su anterior apoyo a una reforma migratoria”.

“La postura de mano dura contra Cuba no le está ayudando entre quienes apoyan la apertura… el senador Rubio pasará más tiempo en Florida, y veremos si logra una victoria, pero lo dudo: perderá a los conservadores de línea dura a Ted Cruz,  a los más moderados a Donald Trump, y está perdiendo el voto hispano”, vaticinó LeoGrande.

Rubio también afronta retos con el bloque de votantes puertorriqueños, que son el grupo latino más grande de Florida y, por lo general, suelen votar por los demócratas, apoyan la nueva política hacia Cuba, y respaldan que el Congreso ayude a Puerto Rico a reestructurar su deuda.

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