VIDEO: La noche que Marco Rubio sorprendió a Donald Trump

El aspirante a candidato presidencial por el partido republicano Donald Trump (dcha) y su contrincante Marco Rubio (izda) asisten al décimo debate televisado entre aspirantes republicanos a la Casa Blanca.

El aspirante a candidato presidencial por el partido republicano Donald Trump (dcha) y su contrincante Marco Rubio (izda) asisten al décimo debate televisado entre aspirantes republicanos a la Casa Blanca. Crédito: EFE

Le tomó a Marco Rubio diez debates republicanos para encontrar su voz en el escenario y tener una actuación convincente en un careo con sus contrincantes por la nominación presidencial.

En el debate realizado este jueves en Houston, el senador por Florida salió desde el principio dispuesto a enfrentarse con el hombre a su izquierda en el podio, el candidato a vencer: el multimillonario Donald Trump.

Rubio acusó, replicó e interrumpió, con una naturalidad que no había mostrado hasta ahora durante la campaña

De alguna manera borró la pobre impresión que dejó unas semanas atrás, en New Hampshire, cuando el gobernador Chris Christie, entonces aspirante presidencial, lo dejó en evidencia como “acartonado” y “repetitivo”.

Pero Rubio lució tan confiado en Houston que se permitió hacerle una acusación similar a Trump y quedó como ocurrente ante el público, que celebró el señalamiento.

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El heredero

El senador por Florida abrió fuegos desde el principio, aprovechando el tema de inmigración con el que empezó el debate, citando un reporte sobre trabajos temporales en empresas de Trump que fueron cubiertos con inmigrantes y no con ciudadanos estadounidenses.

Marco Rubio tuvo un evento hoy en el Renaissance, en Las Vegas, un día antes del debate. El precandidato y senador de Florida está luchando con el otro senador latino de Texas Ted Cruz por convertirse en alternativa a Donald Trump
Marco Rubio.

La línea de ataque se mantuvo a todo lo largo de los cerca de 40 minutos que pasaron los aspirantes en temas de migración y comunidad hispana, un arranque y un tiempo que es toda una novedad en este tipo de careos.

Rubio lanzó una seguidilla de dardos, empezando por las demandas que se presentaron en su contra hace unas cuatro décadas por la contratación de un grupo de trabajadores polacos indocumentados.

Luego salió a relucir el fallido proyecto de universidad que lleva su apellido y por el cual ha sido demandado en corte de Nueva York; su neutralidad en el conflicto entre Israel y los palestinos

Hasta la condición de rico heredero de Trump sacó a relucir el senador Rubio.

A pesar de los gestos displicentes y/o aburridos de Trump a todo lo largo del debate, la ofensiva de Rubio pareció haberlo agarrado con la guardia baja.

Sería raro pensar que el multimillonario no esperara ser objeto de los dardos de Rubio y de Ted Cruz, aunque quizá sus estrategas lo prepararon más para enfrentar al senador de Texas, quien al fin y al cabo tenía la confianza de jugar como local para este careo.

Fuego cruzado

Aunque Cruz y Rubio también cruzaron lanzas en algunos momentos, nunca lo hicieron con la intensidad de los ataques contra Trump.

De hecho, en más de una ocasión parecieron unir fuerzas contra el magnate, que literal y físicamente quedó en medio de los dos senadores.

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— Grand Ole Party Sass (@GOP_Sass) February 26, 2016

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Tan agobiado se le vio en un momento por el doble ataque que en un momento Trump recurrió a una defensa algo infantil: “Este es un tipo que se acobarda y este tipo es un mentiroso”.

Es posible que de ahora en adelante Trump tenga que acostumbrarse a un escrutinio mayor, en la medida que sus rivales se percatan de que la única manera de sobrevivir en la campaña es derribando la opción del empresario.

Y como en toda campaña electoral, eso implica algún trabajo sucio.

Cambio de estrategia

Lo sucedido en el debate evidencia un cambio de estrategia, tanto en Rubio como en Cruz, de salir a buscar la pelea con Trump en un intento por dejar en evidencia la falta de credenciales conservadoras de la que le acusan.

Esa estrategia se hace urgente para ambos senadores, en su empeño por presentarse ante el partido como la opción para evitar que la nominación quede en manos del magnate.

Cuando en agosto de 2015 empezaron los debates republicanos, ninguno de los candidatos quiso chocar frontalmente con Trump, en parte porque todavía su opción no era vista con seriedad por muchos y en parte porque temían que los ataques lo nutrieran.

Ahora que es la primera vez que el magnate inmobiliario se ve acorralado, es posible que sea tarde para Cruz y Rubio, si no logran detener el impulso que lleva Trump tras ganar tres de las primeras cuatro primarias.

Además, está demasiado cerca el Súper Martes del próximo 1 de marzo, cuando el reparto de unos 600 delegados, de los 1,237 necesarios para lograr la nominación, marcará el fin de más de una candidatura.

Rubio ganó la noche pero ahora quedó en el centro de atención de Trump, una posición para la que el senador por Florida puede no estar preparado.

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