Burbujas: El mensaje optimista que dejó el Papa

Sus homilías fueron excepcionales porque tocaron muchos de los problemas de México, llamando a no darse por vencidos

Visita Papa Mexico

Crédito: Getty

La visita del Papa Francisco a México llegó como un paréntesis de tranquilidad en estos días, en que estamos viviendo en ambos lados de la frontera intensos momentos de agitación y demagogia política. Estar atento a sus palabras fue mucho más valioso que seguir escuchando los pleitos y discusiones entre los precandidatos a la presidencia de los Estados Unidos, enfrentamientos que han saturado los medios de información en este país los últimos días.

Creo que el Papa Francisco que llegó a México y el que se fue, no es el mismo. El haber estado expuesto tan cercanamente a la problemática de la gente tiene que haberlo afectado, y lo pudimos ver reflejado en su actuar y en su decir a través de toda su visita. Como jefe de la Iglesia Católica, seguirá enfrentándose diariamente a la realidad sociopolítica de un mundo convulsionado.

Lo mismo que digo del Papa, lo digo de México. El México de antes de su llegada y el México de cuando se fue tampoco es el mismo; millones de personas fueron “tocadas” por su presencia y sus palabras, y seguramente algunos de sus mensajes y recomendaciones provocaran cambios para bien de muchos.

Hubo en la visita algunos momentos inusitados: un Papa en el Palacio Nacional siendo honrado como jefe del Estado Vaticano y el Presidente de México presente en la misa que celebró en la Basílica de Guadalupe.

Me parece oportuno hacer notar que una cosa es que el gobierno sea laico y otra que sus miembros no puedan pertenecer a alguna religión, en tanto sus decisiones no estén sujetas a su religiosidad.

Sus homilías fueron excepcionales porque tocaron muchos de los problemas de México con un tono optimista, hablando de sus causas y efectos sin personificar, y alentando a la población a mantenerse en la lucha para resolverlos sin darse por vencidos.

La visita a Cd. Juárez fue un gran cierre porque allí tocó problemas de gran envergadura que aquejan a ambos lados de la frontera. Además de la gente que estaba participando en la misa que allí presidió, había miles de personas reunidas en un estadio en El Paso, Texas, también participando en esa misa binacional.

En su homilía habló del caso de Nínive, ciudad que iba a ser destruida por culpa del vicio en que estaban hundidos sus habitantes y que al cambiar su comportamiento, fue salvada de su destrucción. El Papa sugirió cambios que de adoptarse, seguramente redundarían en beneficio de la población y sus palabras transmitieron una esperanza de paz y tranquilidad para la agobiada Cd. Juárez.

El Papa nos dejo mucho en que pensar y mucho por hacer.

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