Florece comercio angelino por el Día de los Enamorados

En la víspera del Día del Amor y la Amistad, que este año coincide con un domingo para beneplácito de los comerciantes, el Distrito de Las Flores del centro de Los Ángeles ha comenzado a sumar ganancias.

Arreglos florales y nutridos ramos de rosas de todos los colores se vendían a granel este viernes en ese sector comercial, parada obligada para los enamorados que andan tras los mejores diseños y precios.

“Tenemos la bodega llena y puede ser que sí se acabe todo”, confiaba Agustín Pastor, dependiente de la florería Blooming, en la esquina de las calles San Pedro y Octava.

En menos de una hora, este local vendió todos sus arreglos florares en exhibición. El producto más popular esta mañana eran los ramilletes de rosas rojas, que se vendían a 20 dólares por dos docenas.

Los comerciantes del Distrito de las Flores esperan que este fin de semana se repita la sorpresiva venta del 14 de febrero de 2015, en la que por primera vez en mucho tiempo se rebasó la actividad comercial del Día de las Madres, otra fecha en la que suelen comprarse miles de rosas.

“Antes del año pasado, cuatro años seguidos fueron malos”, explicó la vendedora Nora Vásquez, quien no dejaba de atender a sus clientes. “Esperamos que este año nos vaya igual de bien que el año pasado, donde estuvo mejor que el Día de las Madres”, agregó la dependiente.

Desde este jueves se ha observado actividad por los que han querido evitar lo que ya se experimenta en el Distrito de las Flores: mucho tráfico, falta de estacionamiento, precios más altos y agresivos oficiales del Departamento de Trasporte (DOT) que buscan coches mal estacionados para multar.

Enormes arreglos florales de hasta 150 dólares se ofrecían este viernes en la zona.

Mark Mayorga, de Ganada Hills, aprovechó un descanso en su trabajo como constructor para comprar tres ramos de flores para su novia y sus hijas. Desde hace cuatro años, dice, procura estos detalles.

“Debería estar trabajando ahorita”, confiesa Mayorga soltando una carcajada.

Para este albañil, el domingo será un día especial pero no planea hacer mayores gastos. “Quizás vamos a salir a comer y a ver una película”, comentó.

En las banquetas de la calle Octava lo que más paseaban el viernes eran las rosas rojas. Un empleado llevaba un amplio arreglo floral sobre su cabeza dando la impresión de portar un penacho azteca, mientras un vendedor gritaba a todo pulmón: “¡Pásele! ¡Todo barato! ¡A precio de ‘me lo llevo’!”.

Dentro de un local, Stephanie Barrera, de Downey, observaba las flores blancas. “Estoy comprando para mi mamá, mi mejor amiga, mi otra mejor amiga y para la novia de mi hermano”, dijo.

Cuando se le pregunta si comprará para su novio, la joven se ruboriza y responde con un “no” apenado.

El domingo, dice Barrera, será un día para celebrar con los suyos. “Vamos a ir a comer a San Diego”.

María Arellano, de Gardena, también compra detalles para sus familiares, no para su pareja. “Tengo tres nueras y dos hijas, y les compro para que después no me ahorquen”, comentó en broma.