Supervisor que ignoró caso de abuso recupera su empleo

DFCS reincorporó al trabajador que reunificó a un niño con su madre, a pesar de más de 60 denuncias de abuso y tortura

El pequeño Gabriel Fernández murió en mayo de 2013.

El pequeño Gabriel Fernández murió en mayo de 2013. Crédito: Archivo | La Opinión

El supervisor que perdió su empleo en relación a la muerte de un niño abusado recuperó su empleo en el Departamento de Servicios para Niños y Familias (DCFS).

Una comisión de servicio civil votó para reincorporar a Gregory Merrit, el supervisor de DCFS que cerró el caso de Gabriel Fernández y lo reunió con su madre, poco antes de que el niño muriera consecuencia del abuso y tortura que sufría en el hogar.

Merrit y  Patricia Clement de DFCS perdieron su empleo luego de la muerte del niño de 8 años de edad, a quien enviaron a vivir con su madre, a pesar de haber recibido más de 60 denuncias de abuso y tortura al niño.

El 22 de mayo de 2013, Gabriel fue encontrado en su hogar de Palmdale inconsciente y sin respirar. El niño murió al día siguiente sin haber recuperado la conciencia. El pequeño tenía el cráneo fracturado, varias costillas rotas y quemaduras de cigarrillos, entre muchas otras heridas. La madre Pearl Sinthia Fernandez, de 31 años, y su novio Isauro Aguirre, 35, enfrentan cargos de homicidio y tortura, y se declararon inocentes.

Pearl Sinthia Fernandez y Isauro Aguirre, 35, enfrentan cargos de homicidio y tortura, por la muerte de su hijo.
Pearl Sinthia Fernandez y Isauro Aguirre enfrentan cargos de homicidio y tortura, por la muerte de su hijo. (Archivo/La Opinión)

Según documentos de la corte, la pareja supuestamente había rociado al niño con spray de pimienta, lo obligaba a comer su propio vómito y lo encerraba en un closet con una media en la boca para no escuchar sus gritos. Los detectives encontraron un garrote de madera con la sangre de Gabriel en el hogar.

Pero a pesar de las numerosas denuncias de abuso de familiares, vecinos, maestros y otros, y poco antes de su muerte, Merrit y Clement decidieron cerrar su caso, removieron al niño de la casa de sus abuelos, y lo llevaron a vivir nuevamente  con su madre y su novio, a pesar de protestas y objeciones.

DCFS no comentó aún al respecto.

Peor que a prisionero de guerra

Entre los ejemplos de maltrato que se mencionan en los documentos de corte, resaltan:

– Fernández y su novio encerraron a Gabriel en un gabinete y le taparon la boca con calcetines y una bandana. Cuando hacía sus necesidades fisiológicas adentro, lo obligaban a limpiarlo.

Gabriel fue obligado a comer su propio vómito y comida descompuesta.

Fernández golpeó a Gabriel en la boca con un palo y le tumbó varios dientes.

Rociaron gas pimienta en el rostro de Gabriel.

– Como castigo, Gabriel fue obligado a comer excrementos de los gatos que tenían en la propiedad.

Aguirre ahorcó y empujó a Gabriel.

– Fernández y Aguirre llamaban a Gabriel ‘gay’ cuando era sorprendido jugando con muñecas, además de obligarlo a vestir ropa de niña cuando iba a la escuela.

Gabriel fue golpeado con la hebilla del cinturón, con un gancho de metal para colgar ropa, con un bate de béisbol y con un palo de madera.

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