Editorial: Un nuevo tipo de TPS

Los serios problemas de seguridad en El Salvador, Guatemala y Honduras justifican plenamente que sus ciudadanos puedan acogerse a un Estado de Protección Temporal de deportación. Hay un grupo de salvadoreños y hondureños que ya están bajo un TPS, pero debe ser cambiado para reflejar los peligros de hoy en el llamado Triángulo del Norte.

La actual designación de TPS está basada en una cláusula que otorga la protección por motivos de desastres naturales como terremotos, inundaciones, sequía y  otros hechos que interrumpan las condiciones de vida. Bajo este marco legal, los salvadoreños y los hondureños obtuvieron el TPS, en el 2001 y 1998 respectivamente, exigiendo a los beneficiarios  de estos países a que demuestren su presencia y residencia en Estados Unidos a partir de ese momento.

Hoy la situación es muy distinta. La gente sigue huyendo pero las inclemencias del clima ya no son los responsables. La región se ha convertido en una de las áreas con más delincuencia y homicidios del mundo. Se estima que en 2015 se produjeron en esos tres países cerca de 17,500 homicidios superando la cifra en zonas de guerra del Medio Oriente y África. Esta violencia tiene un impacto desproporcional en las mujeres y los niños.  En los últimos seis años, en el Triángulo del Norte están los principales países con femicidios, mientras que en El Salvador y Guatemala se registran las tasa de homicidios de menores de edad más alta del mundo.

Estos son poderosos motivos para el éxodo de madres y niños a la frontera estadounidense. Los peligros del recorrido son muchos, pero más inquietante es permanecer en su país bajo una amenaza concreta de muerte. El reciente cambio en el proceso de asilo estadounidense para la región es un reconocimiento de hecho de una difícil situación por la que pasa la población de esos países.

Este es el momento para hacer esta nueva designación de TPS que reconozca la situación extraordinaria en estos países que impiden el regreso de sus nacionales por una cuestión de seguridad. Esta es una cuestión de vida o muerte en muchos casos .

El nuevo TPS levantará críticas entre los que solo quieren deportar a los indocumentados, pero será hacer lo correcto dentro de la ley para proteger a los que tienen motivos reales para temer por su vida.