Cubanos hacia EEUU: la otra crisis migratoria

El posible fin de la Ley de Ajuste involucra a varias naciones del hemisferio

Un ciudadano cubano pasa el trámite de registro ante las autoridades migratorias de México

Un ciudadano cubano pasa el trámite de registro ante las autoridades migratorias de México  Crédito: EFE

Miami

Decenas de miles de cubanos llegaron en los últimos meses -y otros están en camino- al sur de Estados Unidos. Antes, debieron cruzar la frontera con México, luego de un largo viaje, similar al que hicieron quienes huyen de la pobreza y la narcoviolencia de otros países de América latina en busca de una mejor vida en el Norte.
La nueva ola migratoria cobró impulso después del deshielo entre Washington y La Habana, a fines de 2014, que empujó a más cubanos a emigrar. Temen que se elimine un tratamiento especial que reciben en Estados Unidos, donde obtienen la residencia permanente -la green card- tan sólo con pisar el país cuando llegan por tierra y vivir aquí un año.

En el año fiscal 2015, que finalizó en septiembre pasado, llegaron 43.159 cubanos, un 78% más que en el período anterior, según cifras oficiales recabadas por el Centro de Investigaciones Pew. Fue el mayor crecimiento migratorio en por lo menos 10 años.
Jens Krogstad, investigador del Pew, indicó a la nacion que la ola migratoria comenzó a crecer en 2011, luego de casi una década en la que se mantuvo estable.

Según Jens Krogstad, del Centro Pew, la ola migratoria se aceleró el último año luego que Barack Obama y Raúl Castro restablecieron relaciones diplomáticas. Hace cinco años, llegaban a Estados Unidos menos de 8000 cubanos por año.
“A medida que Cuba se ha abierto al mundo y Estados Unidos descongeló la relación, más cubanos están evaluando irse”, indicó Krogstad. “Hay una urgencia para venir porque los cubanos reciben acá un tratamiento especial, y la gente cree que con el descongelamiento de las relaciones eso terminará”, agregó.

A diferencia de otros inmigrantes, los cubanos en Estados Unidos tienen derecho a obtener una residencia legal luego de permanecer un año en el país, siempre y cuando no tengan antecedentes penales. Cuba es el único país que recibió este beneficio, otorgado por una norma, la ley de ajuste cubano, aprobada por el Congreso en 1966, en plena Guerra Fría, para socavar el régimen de los Castro.

Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca, dijo días atrás que no había planes “por el momento” para cambiar esa política. Pero La Habana y el exilio cubano en Miami presionan para que Washington elimine el beneficio, o por lo menos lo restrinja.

La nueva ola migratoria cubana es una de las más grandes de la historia. Es más pequeña que el éxodo de Mariel, en 1980, que llevó a unos 125,000 cubanos a dejar la isla, pero mucho más amplia que la crisis de balseros de 1994, que llevó al gobierno del ex presidente Bill Clinton a restringir el acceso a la residencia legal a los cubanos que pisaran suelo norteamericano. El giro fue bautizado la política de “pies secos, pies mojados”: todos los cubanos interceptados en el mar por la guardia costera norteamericana son llevados de regreso a la isla. Ahora, la mayoría de los cubanos no emigra por mar, sino por tierra.

La ruta más popular comenzaba en Ecuador -que hasta noviembre no exigía visa para ingresar al país- y continuaba hacia el Norte por los países de América Central y México hasta Texas. Dos tercios de los cubanos que llegaron al país durante el año fiscal 2015 -más de 28.000 personas- ingresaron por el área de las ciudades gemelas de Laredo, en Texas, y Nuevo Laredo, en México. A fines del año pasado, miles quedaron varados en el camino, en Panamá o Costa Rica, luego de que Nicaragua cerró su frontera.

Luego de semanas de gestiones entre los gobiernos de países centroamericanos, un grupo de 180 migrantes cubanos de los casi 8000 varados en Costa Rica desde noviembre lograron cruzar la frontera de México a Estados Unidos el jueves pasado.

“El viaje fue difícil, pero bueno, estoy a las puertas de la libertad ya”, dijo Randy Cuevas, un joven que salió de Cuba el 25 de octubre hacia Ecuador, para luego pasar por Colombia, Panamá y Costa Rica, adonde quedó dos meses varado en un albergue luego de que, el 15 de noviembre, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega les cerrara el paso.

Los primeros 180 migrantes llegaron a Texas procedentes de México, en su mayoría en ómnibus, y algunos en avión.

Con las palabras “Bienvenidos a la libertad”, el cubano Alejandro Ruiz recibió anteayer a algunos de ellos en la ciudad de Laredo. Ruiz, de 49 años y con 25 en Estados Unidos, creó hace unos dos años el grupo “Cubanos en Libertad” para orientar y ayudar a sus compatriotas inmigrantes.

Hasta 300 dólares

“«Soy cubano y quiero asilo político», es lo único que tienen que declarar en las oficinas de inmigración”, explicó Ruiz. Después, él se encarga de conectarlos con un transporte para que los lleve “a la puerta de su casa” en los diferentes destinos en Estados Unidos. Un viaje desde Laredo hasta Miami, por ejemplo, puede costar hasta 300 dólares, con baño y comida incluida, explicó Ruiz.

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