Automóviles aceleran tras la tecnología

En las últimas dos décadas la industria automotriz y de tecnología han ido convergiendo constantemente, a medida que los ingenieros han permitido a nuestra movilidad integrar capacidades que nos hacen dependientes en otras partes de nuestras vidas.

Sin embargo, hoy esperamos el día en que los vehículos se vuelvan smartphones y sean capaces de guiarse a sí mismos a cualquier destino. El problema es que hay algunas diferencias entre nuestros dispositivos informáticos y de transporte, sobre todo en su vida útil.

La complejidad de los vehículos modernos y las normas que deben cumplir para salir a la venta por lo general va de cuatro a cinco años y, cuando llegan, con frecuencia están equipados con tecnología que ya fue utilizado durante varios años.

Al construirse para preservar vidas, los vehículos son mucho más duraderos que los smartphones de vidrio, metal y plástico que van en el bolsillo.

Ya hemos visto casos en los que la máquina dura más que la tecnología que desarrolla, pero no puede correr a la par de ella, como cuando la primera generación del sistema OnStar de General Motors se hizo inoperable cuando las redes de teléfonos celulares analógicos fueron cerradas.

A medida que avanzan en tecnología, los vehículos se hacen cada vez más dependientes del software para preservar la funcionalidad básica. Incluso será un problema para lo que vendrá, la autoconducción.

La NASA enfrenta esta misma dificultad en una escala mucho más grande cuando envía sondas exploratorias a otros planetas. Una vez que un vehículo está en la superficie de Marte, no recibe las actualizaciones del hardware.

A media que los vehículos incorporan los crecientes niveles de conectividad y la automatización, será crítico para los fabricantes de automóviles y proveedores seguir apoyando los sistemas electrónicos con actualizaciones de software, que mejoran el rendimiento años después de que ruedan fuera de la fábrica.

Hasta la fecha, el único fabricante de automóviles en hacerlo es Tesla, que ha desarrollado constantemente actualizaciones que mejoran la gestión de la batería, del sistema de propulsión y otros sistemas, en los tres años que van desde el lanzamiento del Modelo S.

Tesla envió recientemente una actualización para el modelo S que habilita la funcionalidad del piloto automático sobre los modelos construidos desde mediados de 2014 y que tienen los sensores necesarios instalados. Además de demostrar la viabilidad de los vehículos eléctricos modernos, las regulares actualizaciones remotas del software pueden ser el legado más importante de Tesla.

Hace unos años en el show de CES de las Vegas, el más importante de la electrónica del mundo, no había autos. Hoy en día casi todas las automotrices tienen un modelo en exhibición con los últimos adelantos electrónicos.

¿Será que la industria automotriz llegará algún día a equiparar a la electrónica y se pondrá al día en los nuevos avances del mercado? Tesla ha demostrado que sí se puede. ¿Quién lo seguirá?