¿Qué consecuencias tendrá para Volkswagen la crisis del ‘Dieselgate’?

VW admitió la trampa en el software de algunos de sus vehículos y ha tomado medidas en cosecuencia

matthias muller

El recién nombrado presidente del grupo Volkswagen y expresidente del productor de deportivos Porsche, Matthias Müller. Crédito: EFE

Las consecuencias del “Dieselgate”, todavía están por verse. Se habla de que es el mayor escándalo automotriz de la historia y que tendrá repercusiones alarmantes para la automotriz alemana. ¿Pero será así?

Todo comenzó cuando John German, un ingeniero amante de los detalles, siguió los indicios de su colega alemán Peter Mock, que descubrió en los modelos diésel una anomalía entre las emisiones de los automóviles, y las mediciones registradas durante los controles técnicos en Europa.

Y German decidió repetir los test en tres vehículos alemanes, el Jetta de VW, el Passat de VW y el BMW X5, a lo largo de las 1,300 millas que separan San Diego de Seattle.

Los resultados sorprendieron al experimentado científico. El Jetta expulsó entre 15 y 35 veces más óxido nítrico que lo permitido por ley, mientras el Passat sobrepasó los límites en un nivel entre cinco y veinte veces superior.

German entregó los resultados de su estudio a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), para la que él mismo trabajó algunos años. La EPA llevó a cabo sus propias pruebas y ahí saltó todo el problema.

A los pocos días, Volkswagen admitió que un personal dentro de la empresa manipuló sistemáticamente los vehículos diésel con un software especial que le permitió pasar las pruebas de emisiones de Estados Unidos.

La noticia dejó a la automotriz alemana con un tercio del valor en la bolsa de valores y la caída de su CEO, Martin Winterkorn, justo 48 horas antes de la extensión de su contrato.

“La manipulación de pruebas es un desastre moral y político para Volkswagen”, dijo el presidente interino, Berthold Huber, antes de la nominación de Matthias Mueller.

“El comportamiento ilegal de los desarrolladores del sistema de propulsión y los ingenieros de Volkswagen, se han conmocionado tanto como se hizo pública la noticia”, agregó Huber.

Por ahora, la directiva de Volkswagen seguía atascada en las averiguaciones sobre quién sabía qué y desde cuando sobre la manipulación de los motores diésel.

El peor escenario

“En el peor de los casos, Volkswagen podría enfrentarse a cerca de $50 mil millones en daños como consecuencia de las multas de la EPA y las demandas de los inversores”, aseguró Ferdinand Dudenhoeffer, director del Centro de Investigación Automotriz de la Universidad de Duisburg-Essen, en Alemania.

Informaciones periodísticas europeas han señalado que una investigación interna de Volkswagen halló una carta de 2007 del proveedor de componentes Bosch alertando de que la empresa no debería emplear el software de forma regular porque sería una práctica “ilegal”. El hecho de que el asunto fuese ignorado entonces.

Para apaciguar las aguas, el grupo Volkswagen nombró como el nuevo director general a Matthias Mueller, director de la marca Porsche, que es para el grupo una de las marcas más altamente rentables.

Según un comunicado de VW, “Matthias Mueller es exactamente el hombre adecuado en el momento adecuado para hacer un nuevo comienzo y para impulsar la clarificación de la actual crisis“.

Pero este escándalo está lejos de clarificarse, ya que amenaza con estropear la marca Volkswagen en todo el mundo, abriéndole las puertas a sus principales rivales, algo que le podría costar al grupo su liderazgo en la industria, y en la carrera mundial de ventas, después de que tomó el primer lugar de Toyota en el primer semestre del año

La crisis también ha estado cuestionando la rígida cultura germana de la compañía, creándole una atmósfera de irresponsabilidad ante el consumidor.

¿Abandonar el mercado de EEUU?

Algunos analistas recomiendan a la automotriz abandonar todos los esfuerzos para vender motores diésel en los Estados Unidos, una triste decisión, ya que toda la estrategia de aumento de ventas en el país se fundó sobre la base de esos motores.

Otros hacen un llamado a la marca que retirarse de los Estados Unidos en su totalidad. Los críticos más severos hacen un llamado a la marca para que se olvide de vender automóviles en el mercado estadounidense en los próximos cinco años.

En Europa, donde VW es líder del mercado y donde los motores diésel son mucho más populares, es probable que vean caer sus valores de reventa.

Los analistas dicen que algunos propietarios de VW podrían desertar a Ford y Opel, que el próximo mes lanzará su Astra próxima generación.

Hasta el momento, la compañía identificó en todo el mundo 11 millones de vehículos diésel que el grupo vendió y que podrían estar en violación de las normas.

Para los analistas europeos, Volkswagen ha sorprendido positivamente con la rápida gestión de la crisis. “La velocidad es la clave -señaló un analista de un periódico británico-. Cuanto más rápido limpien la casa, menos costoso será para ellos“.

Para la mayoría de los analistas europeos, al aceptar rápidamente la culpa y el despido de altos ejecutivos vinculados al escándalo, el grupo Volkswagen ha ganado el aplauso de sus críticos.

“Si bien Volkswagen tendrá que gastar un montón de dinero y capacidad de gestión para solucionar sus productos y limitar el daño, la evidencia de los escándalos anteriores no sugiere que hay un riesgo para el grupo de perder materialmente cuota de mercado”, dijo un analista europeo, definiendo este escándalo con los retiros de General Motors y Takata.

La cifra financiera conocida por General Motors por ocultar un defecto de seguridad mortales ya supera $2.3 mil millones, incluyendo un arreglo de $900 millones con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La de Takata, está por verse.

Los defectos de General Motors y las bolsas de aire Takata son problemas mayores en un vehículo, que las altas emisiones de los diésel. Por lo pronto, Volkswagen deberá precisar cuántos vehículos llamará a revisión y en qué fechas, además de determinar los cambios que sufrirán esos modelos.

La reparación pudiera ser sencilla y la empresa podrá presentar un calendario solvente ante tantos vehículos. Pero es muy posible que esta limitación continua tenga un serio impacto en el rendimiento del motor, lo que podría dar lugar a larguísimos y muy caros procesos de reclamaciones.

Otra mala noticia es que por ahora agencia federal de medio ambiente, la EPA, todavía no ha dado la autorización a Volkswagen para que comercialice las versiones diésel de la nueva generación del Passat, presentado la semana pasada.

Pero ¿cómo actuará el consumidor ante este escándalo? Sacará partido de ello e inundará los concesionarios Volkswagen buscando gangas, o le dará la espalda para cambiarse de marca. Todo esto está por verse.

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