Jason Day: del alcoholismo infantil a hombre récord del golf mundial

El australiano venció a la pobreza y la adversidad para convertirse el domingo en la mejor historia que el golf podría brindar

Jason Day, de Australia, no puede contener su emoción junto a su caddie Colin Swatton tras ganar el PGA Championship el domingo.

Jason Day, de Australia, no puede contener su emoción junto a su caddie Colin Swatton tras ganar el PGA Championship el domingo / Getty Images Crédito: Getty Images

La primera vez que el nombre de Jason Day sobrevoló al público general, y no solamente a los aficionados al deporte del golf, fue cuando en junio se desplomó sobre la grama mientras participaba en el Abierto de Estados Unidos en Seattle.

Nadie sabía lo que le había sucedido al golfista australiano de 27 años de edad. ¿Se había torcido un tobillo en el terreno inclinado? ¿Había sentido un desgarre muscular o de ligamentos en la rodilla? Day no se movía mientras su caddy, Colin Swatton, lo atendía en espera de ayuda médica.

Muchos supieron ese día que Jason sufría de vértigo, el padecimiento que produce la sensación de que todo gira alrededor. Pero no dejó de jugar. Siguió, lo hizo bien y peleó por el campeonato hasta la ronda final del importante torneo.

La historia de Jason Day alcanzó el domingo su más feliz episodio, al coronarse en el PGA Championship, cuarto “major” del año en la gira profesional de golfistas.

Apenas completó el torneo con un insólito marcador de 20 golpes bajo par -el mejor registro de la historia en cualquiera de los cuatro torneos del Grand Slam; Masters, US Open, Abierto Británico y PGA Championship- Day levantó los brazos y rompió en llanto.

Esa es una imagen no muy común en torneos profesionales de golf, donde, por la mayor parte, la compostura nunca se pierde.

Pero con Jason Day (12 de noviembre de 1987, Beaudesert, Queensland, Australia) es distinto. Su largo camino al histórico triunfo en Whistling Straits, Wisconsin, rompe con todo lo convencional, porque vino desde abajo en un deporte normalmente asociado con riqueza y oportunidades.

Lágrimas de gloria y dolor

Las lágrimas de Day retrataron una infancia cruda. Su padre, Alvin, murió de cáncer es estómago cuando Jason tenía 12 años, y entonces su vida se descompuso. Había sido Alvin quien le dio su primer palo de golf siendo todavía niño. Ese palo viejo lo había rescatado de un tiradero, pero el niño Jason no tardó en mostrar aptitudes en torneos de menores.

“Mi papá era el estricto en la familia”, dijo Bay, según el libro ‘Slaying The Tiger’ de Shane Ryan. “Él me mantuvo en línea. Pero tan pronto como falleció, nosotros nos perdimos”.

Bay se volvió un adolescente problemático, peleonero y, en sus propias palabras, alcohólico no obstante su corta edad de 12.

La madre de Jason, Dening, trabajaba todo el día para tratar de sacar adelante a Day y sus dos hermanas. Ella, una inmigrante filipina, fue clave para que no dejara el golf.

“Recuerdo verla cortar el césped con un cuchillo porque no nos alcanzaba para una podadora”, compartió Day el domingo al valorar su camino. “Recuerdo que no teníamos calentador de agua, así que teníamos que usar una olla para bañarnos”.

En medio de dificultades económicas, la madre hizo una apuesta: consiguió una segunda hipoteca para financiar estudios de Jason en Kooralbyn International School, una escuela independiente cerca de la ciudad de Brisbane que tenía la distinción de haber producido a la legendaria atleta australiana Cathy Freeman, así como al golfista profesional Adam Scott.

Y como una cosa lleva a otra, Bay luego se inscribió en una academia de golf cercana donde conoció a Swatton, quien con el tiempo pasó a ser más que su caddy; fue su tutor.

Cita con el triunfo

En esa academia, Day tomó prestado un libro acerca de Tiger Woods, y entonces obtuvo la inspiración que le faltaba para emprender una carrera en el deporte al que antes miraba desde muy lejos.

El domingo, el círculo se completó.

“Se acabó, muy feliz por Jason. Gran tipo y muy merecido…”, publicó Tiger en su cuenta de Twitter, tras ver por televisión el nacimiento de una nueva estrella del golf tras la primera conquista de un “major”, y una bolsa millonaria que ahora le dan a Day más de $6 millones en su cuenta de 2015.

“Al empezar esta semana yo sabía que nadie iba a ganarme”, aseguró Day en una entrevista con ESPN después de su triunfo.

La convicción junto a la emoción. La victoria con récord queda en los libros. La imagen conmovedora de Day, llorando al lado de su caddy y luego su familia, esa queda en las memorias.

“Sabiendo lo difícil que fue lograr lo que logré hoy, o lo que he hecho en el pasado”, dijo sobre su momento mágico. “Pensando en mi mamá, pensando en mis hermanas, pensando en cuando era un niño, un niño de 12 años… Yo no creía que tenía un futuro, no creía que tenía un futuro en el golf y no tenía un futuro en general.

“Es simplemente una sensación increíble”.

En esta nota

Golf tiger-woods

Suscribite al boletín de Deportes

Recibe gratis el boletín de deportes que un verdadero fan no se puede perder

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain