Familia de “dreamer” espera a que grupo cruce la frontera

Luis, quien reside en Los Angeles, es uno de los 30 jóvenes que intentarán atravesar hacia EEUU por la zona de Laredo

Luis Rivera y su esposa Laura López, junto a sus hijos Lesley (der), 13, Lamuel, 5, and Levy, 9, posan con una foto de su hijo Luis, uno de los "dreamers" que tratará de cruzar la frontera.

Luis Rivera y su esposa Laura López, junto a sus hijos Lesley (der), 13, Lamuel, 5, and Levy, 9, posan con una foto de su hijo Luis, uno de los "dreamers" que tratará de cruzar la frontera. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

California – Laura López tiene una familia luchadora: tres hijos ciudadanos, un esposo que trabaja a tiempo completo y que además lleva con ella los dos negocios familiares y un hijo mayor, su “mano derecha” y quien hoy arriesgará ser arrestado en la frontera de Laredo, cuando intente regresar a casa.

Luis Enrique Rivera López, de 17 años, es el único indocumentado de los cuatro hijos de la familia López. Cuando cruzaron la frontera en 1989, Luis tenía 2 años recién cumplidos. Pero hace un año y varios meses, a la edad de 15, decidió, tras pensarlo mucho, regresar a México.

“Mi papá enfermó y él quería verlo”, relata la señora López. “El miraba como sus hermanos viajaban cada año, ellos son nacidos aquí, él es el único que no podía. Me decía, mamá cómo voy a poder estudiar. Yo le decía, todo se puede hijo, espérate. Pero él decidió ir, se fue muy contento y a la vez triste, porque sabía que iba a ser difícil regresar”.

Hasta ahora regresar a Los Ángeles con su familia ha sido sólo un sueño para Luis, pero este lunes, el menor con aspiraciones a ser diseñador gráfico, se presentará junto a un grupo de 30 jóvenes en la frontera de Laredo, Texas, a pedir el reingreso a Estados Unidos con una visa humanitaria como parte de una protesta sin precedente organizada por la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA).

Su familia lo espera ansiosamente.

“Tengo tres hijos aquí, lo extrañan mucho. Ha sido difícil para él adaptarse a la diferencia en Sinaloa, donde ha estado todo este tiempo”, dijo la señora López. “El está muy emocionado con poder regresar al lado de nosotros”.

Los López han luchado siempre muy duro desde que llegaron a este país. El papá de Luis trabaja en una imprenta y ahora la familia tiene dos tiendas, una de lencería y una de accesorios de teléfono. El joven Luis siempre ayudó a sus padres en la tienda de accesorios. “Es un niño muy luchón, muy emprendedor, siempre le enseñé que todo se logra con esfuerzo”, dice la madre.

“Apenas abrimos la tienda de lencería en mayo con mi esposo. A Luis le espera trabajo y estudio a su regreso, ayudar en los comercios familiares y estudiar muy duro”, afirma. “Yo no quiero que se quede en Sinaloa, allá la violencia está a la orden del día y la gente piensa que porque alguien viene de Estados Unidos tiene dinero y se dan los secuestros”.

La señora López no tiene problema en identificarse ni en que le tomen fotos o en participar en una actividad de protesta como la de los “Dreamer 30”.

“Todo se hace por la familia”, dice. “Yo sé que muchas mamás se identifican conmigo, con esta situación”.

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#Reformamigratoria dreamers

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