Sí a la Proposición 34
Llegó la hora de abolir un castigo como la pena de muerte
La pena de muerte ha sido un castigo popular en los Estados Unidos, uno de los pocos países industrializados del mundo que aún la aplican y el único en el hemisferio occidental. Entre los 33 estados de la unión en los que hay pena de muerte está California. En la elección de noviembre la Proposición 34 dará al electorado de nuestro estado la posibilidad de abolir este castigo a favor de la cadena perpetua sin libertad condicional.
Aparte de eso, la propuesta también requeriría que los culpables de homicidio en primer grado, usualmente el tipo de delito que recibe pena de muerte, trabajen dentro de la cárcel y donen sus ganancias a las víctimas del crimen y crearía un fondo de 100 millones de dólares que sería usado para suplementar presupuestos policiales en resolver casos de homicidio y violación.
Hay un argumento económico a favor de la Proposición 34 y es el costo de la prisión de alta seguridad en la que viven los condenados por años y todo el sistema legal de fiscales y abogados defensores, sin contar las luchas legales sobre el método de la inyección letal, que llevan años siendo libradas en tribunales.
No obstante, el dinero no es la mejor razón para aprobar esta medida. Creemos que llegó la hora de abolir un castigo que en la mayoría de los países del mundo se considera barbárico y equivalente a la Ley del Talión del antiguo testamento: ojo por ojo. Peor aún, es un castigo para el que no hay marcha atrás, a pesar de que en los últimos años, con el advenimiento de las pruebas del ADN y otros sistemas de investigación, se ha exculpado a personas que han estado detenidas durante años y hasta décadas. Hasta 140 condenados a muerte han sido liberados al demostrarse su inocencia, según informa el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
Además, no hay evidencias de que la pena de muerte disminuya las incidencias de asesinato. De hecho, la tasa de homicidio en estados donde no hay pena de muerte es menor que en los estados donde sí existe y un estudio del National Research Council, dado a conocer en abril, sobre tres décadas de investigaciones revela que los estudios que concluyen que la pena de muerte previene futuros delitos están basados en premisas equivocadas. Un reciente sondeo, de criminólogos en toda la nación, halló que 88% no considera a la pena de muerte un elemento disuasorio en futuros crímenes.
Consideramos que es mejor que un culpable pase su vida en prisión que un inocente sea ejecutado.
